Con la venia.
Cuando afrontamos las buenas noticias casi todo el mundo sabe que decir, pero cuando ante una situación inesperada se nos presenta el momento de mirar cara a cara a una persona que ha perdido parte de sus raíces, es complicado expresar alguna palabra que no le hallan dicho ya. No hace más de tres semanas supimos la buena nueva del nacimiento del segundo hijo de mi Capataz del Sentencia. Su cuadrilla le quiso brindar con un gran primer ensayo. Pero antes de todo esto, el árbol del cual fue rama, se debilitaba, ese buen hombre pareció esperar ver a ese nuevo nieto para dar su última chicotá. Siento no haber podido estar contigo en esos momentos, siento no haberme enterado antes, simplemente cuando te vea no me harán falta las palabras para expresar todo lo que llevo dentro, tu sabes que una mirada y un gesto es suficiente, los silencios están llenos de palabras cuando uno habla desde el corazón. Te aseguro que en las fibras del pequeño cuerpo de tu hijo está entrevedada la esencia de tu padre. Te aseguro Juanvi que cada vez que toques el martillo del Señor sentirás el calor de una mano que te acompaña en cada levantá, en cada arriá, por que el no estará en un palco en el cielo, como se suele decir en estos casos, El será otro hombre de negro a tu vera.
Que Cruja
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