A MI GENTE BUENA, A LOS QUE NUNCA TUVIERON MIEDO

Quizás sea demasiado atrevido a hablar sobre un grupo de personas, que sin quererlo han creado una gran afición a base de compromiso y amistad. Pero a mí, que ya tengo una edad para que no se me caigan los anillos, me resulta fácil hablar de unos buenos amigos de verdad, de esos con los que siempre se puede hablar sinceramente de lo bueno y de lo malo, de los que aun sin tener muchas veces coincidencia de ideas nunca hemos perdido la amistad. Si señor esa que es tan fácil de decir pero tan difícil de mantener en este mundo cofrade. Un mundo que por desgracia hemos pervertido con esto de internet, si habéis leído bien. Y es que a base de nicks, seudónimos, anónimos y demás escudos cobardes que nos esconden de dar la cara hemos creado un lugar paralelo donde se descuartiza a cualquiera que tengamos delante, no hace falta tener ninguna razón, se hace y punto. Recuerdo cuando de pequeños se nos inculcaba es respeto, la confianza, el compromiso y el saber estar, pues ninguna de estas cuatro reglas se cumplen hoy por hoy en muchos de estos lugares, donde se ataca descaradamente y a la vez sin dar la cara. Pues esto mismo que a muchos de nosotros nos da igual a llegado a hastiar a un buen puñado de aficionados del costal, llegando a cerrar su blog a causa de los muchos, demasiados, comentarios atroces que se vierte sobre ellos, su habitual capataz y demás simpatizantes. Y es que en este mundo donde la amistad es fundamental para llenar los pasos, parece que algunos no se enteran y montan su guerra particular por su cuenta. Para cruzadas ya estuvo es Cid, aquí las batallas de los kilos no se gana muerto a lomos de un caballo sino abajo de las trabajaderas, humildemente, con buenos amigos a los lados. Así que lo siento mucho Andrés y Alberto que vuestro blog haya terminado así, siempre nos quedara la afición. Esta siempre será vuestra casa, y no tengáis dudas que aquí también nos critican.
Que Cruja la Maera