No se puede empezar de otra manera que de esta. Las letras de los campanilleros este año estaban un poco pasadas de hora, pero las circunstancias del amanecer hicieron posible momentos irrepetibles. Comentando con muchos cinteros de pro. sobre todo uno que tocó su martillo durante muchos años, de que si habían visto alguna vez envueltos por la luz del atardecer en la bajada de La Cinta, y ninguno recordaba algo similar. Demos gracias que nosotros hemos sido privilegiados en poder vivirlo. Como gracias también hay que dar a un Cintero, costalero entregao y bregao, de corazón grande y discreción absoluta. Gracias a Javier Garcia por su buen hacer para su cuadrilla de la Patrona, gracias a "su" MANDALA, por dejarnos un sitio para nuestro "desayuno", este año convertido en merienda. Y como decía el grandioso Ponce, que vivan las magdalenas del Mandala. Un año mas nos acogieron como siempre, con paciencia y con amabilidad.
Que Cruja la Maera
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