Cómo echo de menos estar ahí.. en la última, con las pequeñas, en el palo, en ese minimundo que se crea dentro de cuatro tablones, donde no importa lo que seas fuera, de caidas pa dentro, el mundo se reduce a empujá pa arriba y seguir paso a paso, donde te pones a prueba: física y psíquicamente, de todas las formas posibles, dependes de ti y de otros tantos pares de pies pegaditos al suelo, el rasero es el costal y la faja, todas iguales, siempre de frente, que no se note, en silencio, que Cristo no despierte el Viernes Santo, que lo haga tres días después, Triunfal y Resplandeciente porque le mimamos como nadie mientras estaba "Dormido", parece que ya pasó de largo, mi sitio será otro, pero siempre espero que sea junto Al Que Todo lo Puede... "Atado" o "Dormido", sea dónde sea, aunque...Bendito palo (el de las flores), gracias Señor por haber permitido que estuviera tan cerca de ti, pensamientos infantiles me llevaban a lo imposible, mientras veía a todos los hombres prepararse, ensayo tras ensayo, año tras año... que equivocada estaba... porque Tú... todo lo puedes Señor, una tarde inesperada me llamaste, para que entrara contigo en Moguer transmutada en Jerusalén, por fin bajo tus andas, en el "principio" llenando de Amor las calles y hasta "el final" en el Catafalco, El Santo Entierro de Cristo, desde los 9 años soñando con la arpillera y ahora 9 años hace que te acunan,"con dulzura siempre con dulzura, como sólo vosotras sabéis" susurraba una voz...
Inesperadamente me llamaste para portarte Señor e inesperadamente me llamaste para que dejara de rachear, no estaba previsto, ni lo uno ni lo otro, incierto es mi lugar, ojalá vuelva a ser anónima en las filas de los morriones, mientras tanto espero a pie de calle pero no importa, porque no fue un sueño, mi cuello sintió la trabajadera, ahora en el exilio no cabe la tristeza, sigo de cerca los pasos callados de la Ermita, me siento alegre porque sé que hay relevo, las personas pasan, lo que queda es el sitio en el palo para otra que siga, eso es lo importante que se cubra el sitio.
En el exilio no hay soledad, nunca estuve sola ni en la llamada ni en la despedida, entre otras muchas, afortunadamente, las siglas F.C. son las que me hicieron fuerte para empezar y para terminar, lo que queda grabado en la tela negra que espera guardada por si algún día vuelve a tocar palo, ya lo dije al principio, como lo echo de menos. Hay que saber aceptar cuando se cierra un ciclo, no es fácil ni mucho menos, creo que está claro que ésta era la faceta cofrade que más me ha gustado siempre, fue un premio inesperado salir por el dintel de la puerta estando en la trabajadera.
Al otro lado de los respiraderos se puede seguir perteneciendo a la cuadrilla, de otra forma, para lo que haga falta, eso sí, sin tocar palo, cercana y no sé de qué manera, pero es seguro que el día de salida estaré al otro lado, seguiré en el exilio.
C.A.D.-F.C.
2 comentarios:
¡Dios mío! ¡Pero que bonito!
Hacía mucho que no sentía ese escalofrío... Ese que te inunda el alma y te hace estremecer...
Sepa querida anónima siempre que habrá alguien que, con todo el amor y cariño del mundo, releve el lugar que con tanto mimo y felicidad durante un tiempo usted ocupó.
Le presento todos mis respetos, ya que merece mi admiración que sea capaz de vivir fuera de las trabajaderas. Yo como novel costalera de Nuestro Señor, no sería capaz de verme en dicha situación. Como ya sabrá, la que prueba, se queda y yo soy testigo de ello. ¿Qué más decir? Me ha dejado sin palabras...
Un grato saludo desde la quinta trabajadera, desde su palo de las flores.
Fdo.: Sandra.
Esto es lo que realmente siente un/a costalero/a al no poder portar a sus titulares. Es precioso la manera en que lo explicas porque haces correr por nuestro cuerpo un leve escalofrío que hace sentirnos parte de tu historia... ojalá y algún día vuelvas de tu exilio.
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