DE MUÑIDORES Y SERVIDORAS

Las cosas van cambiando poco a poco, a veces por aprendizaje, a veces forzada por una situación complicada. Todo cambio bien llevado tiene sus buenos resultados. Al día de hoy buena parte de los cofrades no saben realmente la historia oculta de sus Hermandades, de los grandes esfuerzos que se hacían antaño, y la utopía que era cada año poder sacar adelante la Cofradía. Siempre se dijo que en Huelva eramos mas capiroteros que otra cosa, quizás por la carencia de medios tantos físicos, como humanos, unido a la carencia económica de la época hacía que las Cofradías estuvieran tan limitadas que la fe ciega con la que se sobrevivía hacía cada año el milagro de la Estación de Penitencia. Digo todo esto porque hoy que todos los pasos, que lleven, son acompañados musicalmente, todos están ricamente exornados floralmente, todos llevan cera de más o menos calidad, pagamos una cantidad, a veces poco razonable, para salir en nuestra Cofradía, los costaleros !pagan! por salir, no siempre. En este momento en que se consigue todo lo económico y físico, es en este momento donde fallamos en lo que durante tantos años nuestros fundadores y reorganizadores acertaron, en la fe ciega, en la creencia de que todo va a salir bien, en superar las verdaderas adversidades. Esta Semana Santa pudimos ver dos estampas singulares, una el Domingo de Ramos y la otra en la Madrugá. En la Cofradía de la Redención cuesta mucho tirar pa´lante, y uno de esos matices eran las dos jóvenes, de pequeño cuerpo, que servían de escolta al Lignun Crucis. Sus ropajes de servidoras les quedaban algo más que grande, es de merito mantener la compostura sabiendo que estamos en un lugar de cierto protagonismo. En el otro extremo de la cuerda se encuentra la Cofradía de la Misericordia, superando las carencias de participación, hacen participes a todos los que puedan aportar algo. La estampa que pudimos observar los pocos cofrades que cada año somos fieles a su paso era sorprendente, la figura del muñidor acompañado por sendas mujeres de similar edad que éste, perfectamente ataviadas, en su papel, y sin un ápice de vergüenza en su semblante. La Cofradía que en su día difendió la total masculinidad de su cortejo, se ve avocada hoy día a, además de contar con hermanas nazarenas, hacer participe al genero femenino de puestos a cara descubierta. Fue un regalo agradable a la vista, y espero que sigan hay por muchos años. Un detalle, una de las señoras es la esposa del muñidor, y la otra una amiga suya, mi enhorabuena, tanto a ellas como a la Cofradía de la Calle Rabida.

Que Cruja la Maera.