El lunes 29 de octubre se realizarán las elecciones a la Junta del Consejo de Hermandad y Cofradías de la Semana Santa de Huelva. En esta cita electoral, tres atrevidos cofrades, acompañados cada uno de ellos por un grupo de valientes, se medirán para conseguir el poder de la institución representativa de la Semana Santa, de ese órgano gestor y administrador de nuestra Semana Mayor, y que depende del pleno de Hermanos Mayores.
Los candidatos han expuesto sus proyectos en las distintas hermandades y en los medios de comunicación, todos han hecho campaña, pero solo uno obtendrá esos como mínimo trece votos que durante los próximos cuatro años le darán la presidencia.
Todos han mostrado las líneas básicas de su proyecto: La Carrera Oficial con su Estación de Penitencia, el Vía Crucis, el Pregón, el cartel, la sede, los horarios, la ayuda a los necesitados….
Pero…. ¿Es responsable el Consejo de todo lo que acontece en Semana Santa? En un principio podría parecer que sí, ya que todo lo que se propone como mejora o como innovación debería favorecer a un mayor entendimiento entre hermandades, a revalorizar la imagen de nuestra Semana Santa en el exterior, a obtener más recursos, a sabiendas de las escasez de los mismos en estos momentos, a tener más paginas de referencia en los periódicos locales…pero, ¿lo demás, todo lo demás también depende del Consejo de Hermandades?
En estos tiempos de crisis en los que somos conocedores, y muchos sufridores, de la difícil situación por la que están pasando cientos de personas, tenemos que ser conscientes de que hay que trabajar por nuestras Hermandades, para que éstas mantengan o mejoren el nivel de nuestra Semana Santa, pero hay que trabajar por parecerse a Jesucristo, es su ejemplo el que falta muchas veces en nuestro día a día. Esto no debe sonarnos raro ya que el Cofrade se disfraza en ocasiones de una capa pseudo-cristiana que ni favorece a la Iglesia, ni a sus Hermandades ni al propio Cofrade.
Somos creyentes, todos nos sabemos hijos de Dios y todos deberíamos creer que con el quehacer diario bien hecho, con tu compañero de trabajo, con tu mujer, con tu hijo, con el desconocido con el que te cruzas por la calle estamos honrando su nombre y cumpliendo con el primero de sus mandatos: amaos los unos a los otros como yo os he amado.
El Consejo podrá tener proyectos comunes caritativos con el mejor de los fines, pero ¿la Hermandad que no haya votado al presidente que salga asistirá, escuchará las propuestas o sólo dirá que no, ante los problemas aportará soluciones? ¿Seguiremos teniendo problemas con los horarios hasta última hora o seremos responsables y colaboradores y los entregaremos en los plazos establecidos?
La Semana Santa debe ser el termómetro de la ciudad en todo momento y ser conocedora de sus necesidades, todos los que somos parte de ella debemos colaborar como si fuéramos uno solo y olvidarnos de protagonismos individuales, solo así conseguiremos hacer grandes las cosas, pero entre todos los que están y abriendo los brazos a que quieran venir.
El pleno de Hermanos Mayores habrá de tener el máximo consenso, pero los Cabildos de las Hermandades, las elecciones a las juntas de gobierno y la vida diaria de cada una de ellas, también.
Las Hermandades deben tener ilusiones y estas, con el esfuerzo de todos, ser transformadas en proyectos. Quizás no estemos en el momento de acometer grandes empresas pero sí de aportar nuestro trabajo diario, nuestro granito a favor tanto de nuestra hermandad como de nuestros hermanos. Desechar de nuestra mente “el que pueden hacer por mi” para cambiarlo por “el qué puedo yo hacer por los demás”
El lunes serán las elecciones : la mejor de las suertes para los tres, y más aún para el vencedor, pero del Consejo no dependerá todo, la Semana Santa dependerá siempre de ti, de mí …… de todos nosotros.